A lo largo del tratamiento, el equipo terapéutico ha ido preparando al cliente para recuperar su entorno familiar, laboral y social.
El cliente puede realizar una vida normalizada bajo la supervisión de nuestros terapeutas.
Ayudamos a los clientes a recuperar aquellas aptitudes perdidas o no desarrolladas a causa de su enfermedad.
El equipo hace una valoración de cómo mejorar las habilidades personas y sociales y se realizan terapias grupales y visitas individuales.
En esta fase es muy importante el control de los impulsos y la reducción de la ansiedad por lo tanto, le damos herramientas para afrontarlo con éxito.
Una vez completada la primera fase, el cliente empieza a identificar y modificar sus hábitos. Con el consumo se adquieren actitudes y conductas que el cliente tiene que identificar para así evitar futuras recaídas.
El objetivo de esta fase, es su integración en su entorno familiar, profesional y social.
En esta primera etapa del tratamiento, el cliente ya no consume. Para evitar posibles síndromes de abstinencia, el cliente puede recibir un apoyo de medicación regulado por un médico especialista en el tratamiento de adicciones.